Perdida en mis pensamientos...{libre}

Las noches son muy largas, aunque aún más lo son para una vampiresa como yo, incapaz de dormir.
Y me jugaría el cuello a afirmar que, aunque estuviese físicamente capacitada para dormir... No podría. Tenía tanto en que pensar. Tanto.
Empezando por mi hermano Alec, por supuesto. Me apoyé sobre el alféizar de piedra de una de las ventanas contemplando la luna llena, e imaginándome su rostro dibujado en ella. Es tan hermoso, pensé, pero descarté aquel pensamiento enseguida.
Aquello resultaba deplorable... Es decir... Mi propia hermano gemelo. Me sentía algo realmente horrible por sentir lo que sentía. Pero... Sería egoísta. Pero tampoco le quería ver con ella. Con Diana.
No sé para qué han vuelto ella, su hermana y Caín. ¿Para causar problemas? Desde luego ese objetivo estará incluído. Diana con Alec. Kimara con Demetri. Y Caín... Caín causa simplemente el caos allá por donde va.
Aunque mentiría si dijera que no nos venía bien contar con más miembros entre nuestras filas. Los egipcios y los rumanos no dudarán en atacarnos. Y pronto. Y por si no fuera poco, Heidi, Santiago, Felix y Renata planean traicionarles. No me cabe en la cabeza... ¿por qué? Con lo buenos que Aro, Marco y Cayo habían sido siempre con nosotros. Les quería muchísimo, como si de mis padres se trataran...
- Sí, Jane. Demasiadas cosas en qué pensar -murmuré en voz alta para mí misma.

-como cuales?-pregunte con una voz alta, y hermosa, sonora, mientras el sonido de mis tacones resonaban por el ventriculo -oh...Jane...porque tan atribulada?-dije en un tono frio y casi sarcastico, no tenia nada contra ella, simplemente yo era asi -la luna es hermosa...y a la vez repulsiva -acoté recordando a los hijos de la luna

- Algo de razón tienes -comenté con mi tono de voz neutral, sí tenía cosas en contra de su hermana, pero ella no me caía mal. Supongo que, simplemente, no me caía. Nunca había tenido mucha relación con ella.
Creí saber a qué se refería. Los licántropos originales, los hijos de la luna, entraban esta noche en fase. Después, respondí a su otra pregunta-. Cosas como, por ejemplo, qué os ha devuelto a Diana, Caín y a ti de nuevo a los Vulturis -le dije. Lo cierto era que sí estaba pensando en ello a ratos, y sentía bastante curiosidad-. ¿Nostalgia, quizá? -indagué-. Toda la guardia arde en deseos de descubrir por qué volvisteis -añadí.

Alce una ceja y me acerque a ella, mientras me asomaba por la ventana de la torre alta

-porque sera...?-deje la pregunta al aire -sera un misterio...para todos...-dije mirandola -oh..acaso no nos quereis aqui?-dije con un tono dulce pero retorcido

Le lancé una media sonrisa.
- Los rumanos y los egipcios van a atacarnos. ¿Y dices que no os queremos aquí? -comenté-. Cuantos más seamos en estas circunstancias, más fuertes nos volveremos -dije. Aunque desde luego Diana podía haberse ahorrado el venir... Pero qué le vamos a hacer. Siendo franca, su don resultaba muy útil en nuestras filas.

-pues no es como si me importara mucho -dije encogiendome de hombros -y Aro lo sabe...venimos por...bueno...se quedara como un misterio-dije enrulando mis rizos -pero...siendo sinceras...como mujeres...eso no es lo que estabas pensando...

¡Qué afortunada me sentí en aquel momento al ser una vampiresa! El rubor me habría delatado sin contemplaciones. Pero contaba con la suerte de ser una no-muerta.
- Por supuesto que sí -me defendí inmediatamente.

Entonces...-dije acercandome lentamente a ella -no importara si hecho un vistazo?-dije con una sonrisa divertida -o acaso ocultas algo?

Me aparté de ella instintivamente. En este aspecto Kimara es muy parecida a Aro: no puedes tener secretos con ellos. La diferencia es que Aro incluso podría entenderme... pero, ¿Kimara, a quién a penas conozco?
- No vas a tocarme -le aseguré, recordándole que yo también tengo un don... interesante.

Resoplé y reí

-vale...no es como si quisiera pelea...-dije friamente -solo sentia...curiosidad...porque...no pareces la misma...tal vez si se lo pregunto a Alec...-dije mirandola de reojo

¡Maldita sea!
- No tienes por qué meter a Alec en esto. Son cosas mías -le dije, aunque perdía credibilidad por momentos.

Alce una ceja y reí

-hey¡ no te exaltes¡-dije frunciendo el ceño -olo que como vosotros sois tan unidos tal vez el sabria algo nada mas..porque a ladefensiva jane-jane?

Giré la cabeza mirando hacia otro lado.
- Eres una cotilla, Kimara -respondí y solté un bufido.

Resople y me recoste en el barandal del balcon

-cotilla?-dije con la voz muerta -"curiosa"-dije mirandola -ademas...queria saber...que cosa seria tan importante como para rondar la cabeza de jane vulturi

Arrugué una ceja y volví a mirarla.
- Por mi cabeza rondan muchas cosas, Kimara -le dije con mi tono de voz algo neutral-. Pero, por lo menos lo que me rondaba ahora, no te incumbe.

-oh...-dije riendo, cosa que nunca hacia -no me incumbe? tal vez tengas razon...como dije..simple curiosidad...solo espero que no sea algo comprometedor oh peor aun algo en contra de nosotros -dije suspirando -por cierto...porque no te veo con Alec'

- Descuida -dije haciendo un gesto de la mano-. Los Vulturis están a salvo teniéndome a mi lado. En lo que a lealtad se refiere, no hay por qué temerme... Y respecto a Alec -dije respondiendo a su comentario. El problema de Kimara es que, su don aparte, ya es de por sí una persona muy intuitiva. ¿Se estará oliendo algo?-, Soy su hermana, no su guardaespaldas ni su protegida. No sé si Diana y tú estaréis todo el día pegadas, pero Alec y yo sabemos sobrevivir sin estar controlando al otro -lo cierto era que ahora más que nunca, yo estaba guardando las distancias con él. Tenerle cerca no convertía la situación en una sino más difícil.

-oh....nunca dije gusrdespalda...pero..-complete para luego callarme, tal vez y estaba metiendome donde no debia? no, al contrario, esto se ponia mas y mas en mi asunto
-de acuerdo, pero no es lo mismo, vosotrs sois gemelos, y nunca los habia visto 2distanciados"

Arrugué un poco la cara, para tratar de darme credibilidad.
- Kimara... ¿qué tendrá que ver que seamos gemelos o no? -pregunté con nerviosismo. Gemelos. Logré sentirme peor de lo que ya estaba antes de empezar la conversaciín-. Además, llevas fuera de aquí años -le recordé. Al menos tenía eso a mi favor-. Alec y yo siempre hemos sido independientes -mentí. Siendo franca conmigo misma, nunca había estado tan separada de él prácticamente desde que vinimos juntos al mundo.

Suspire

-bueno..pues entonces disculparas mi falta de conciencia en este tema-dije riendo -creo que especule cosas sin sentidos, es solo que con eso de que mi hermana Diana esta a punto de conquistar a Alec no es como si fuera la gran cosa no? es decir..ya lo sabias...

Arrugué una ceja con enfado. Diana. Quizá era egoísta que la odiara porque ella podía tener ese tipo de relación con Alec que yo jamás podría tener. Pero aun así, la odiaba.
- Los secretos en este castillo apenas duran -le contesté, fingiendo que no me importaba lo que había dicho, aunque quizá mi tono de voz se oyó excesivamente alto-. Claro que lo sabía -añadí.

Alce una ceja y casi rompo a reir

-vale.vale...digamos que te creo?-dije riendo -oh¡ pero no es un secreto, todos de la guardia lo saben ^^ Aro no esta muy de acuerdo pero sera facil convenserlo...podrias hecharle una mano a diana? si?

La respiración comenzó a entrecortárseme y me vi obligada a no respirar. ¡Será posible!
- No sé qué decirte -improvisé-. Si Aro no está de acuerdo en su relación... poco puedo hacer -sí. Era una buena excusa. Y sonaba bastante creíble-. Preferiría no involucrar a Alec en ningún tipo de conflicto ni poner su puesto en los Vulturis en peligro.

-oh...no...tienes razon...pero...con el don de mi hermana Aro deberia estar pensandoselo...-dije encogiendome de hmbros -como sea...conociendo a sulpicia...de seguro y lo convence..y no se diga de mi..pero espero tu aprobacion..en la felicidad de nuestros hermanos...

Me mordí el labio. La felicidad de nuestros hermanos.
- Claro -dije, aún sin respirar. Volví a dar gracias por ser una vampiresa. Si estar con Diana hacía feliz a Alec... si al menos uno de los dos sí podía ser feliz... ¿cómo no iba a estar de acuerdo? Después de todo, eso era lo mejor. Lo más apropiado. Que él se enamorara de Diana. Que no sintiese nada por mí aparte de amor fraterno. Que fuese feliz. Y ¿qué sería de mí después? Probablemente nunca llegaría a ser feliz del todo observando a la persona que más amaba con otra vampiresa... Pero quién sabe. Lo mismo el tiempo me ayudaba.
Sin embargo, una parte de mí deseaba gritarle a Kimara que se callase, e ir a buscar a Alec ahora mismo, y decirle que le quería y que no quería separarme de él nunca, y que no quería verle con otra que no fuera yo. Pero soy demasiado lógica como para hacerle caso a mis impulsos.
- Por supuesto tienen mi aprobación. ¿Cómo iba a negarme? No hay nada que quiera más que que Alec sea feliz. Si tu hermana logra ese propósito... Supongo que he de alegrarme. -la voz se me quebró en la última palabra. Sé decir mentiras, pero con moderación. Aquello me superaba con creces, claro que me cuidé de que Kimara no lo notara, o por lo menos, no en exceso.