Efluvio que mata (libre)

Normalmente ser vampiro solia ser divertido cuando tenias que usar tu don y atacar, o cuando tenias que matar humanos ese era de mis cosas favoritas pero ultimamente todo se habia tornado tedioso asi que decidi ir a la plaza ya que el dia era nublado perfecto para mi, solo me coloque mis gafas de sol para no dejar al descubierto mis ojos color carmesi ya que odiaba usar pupilentes como Heidi ya que al fin y al cabo terminarian por deshacerse por el veneno...

Al llagar a la plaza observe el paisaje que amaba por lo nublado pero el efluvio de los humanos era increible y atrayente haciendo que mi garganta comenzara a arder, esa era una de las cosas por las que Aro no nos permitia salir mucho por que sabia que no aguantabamos el aroma pero sabia controlarme asi que segui con mi paseo por la plaza, sentia la mirada de las humanas y escuchaba sus susurros, tambien el de las turistas pero ignore a todas y tome asiento en una banca cerca de ahi...

Olga y yo nos aburríamos en el castillo Drácula. La mitad de la Guardia y la realeza no estaban, así que eso hacía que la poca diversión que podíamos encontrar, se esfumase.

Así que en medio de ese aburrimiento, surgió una de nuestras fantásticas ideas, que siempre acababa en caos.
Decidimos ir a Volterra, a pinchar un poco. Sí, nos metíamos un poco en la garganta del lobo, pero ¿qué nos iban a hacer? Nada, por supuesto.

Ella iba de negro, y yo con una camiseta normal, unos vaqueros y unos tacones.
Tuve que ponerme gafas de sol, a pesar de que el día estaba nublado. Unos ojos rojos no pasan desapercibidos precisamente.

- Un Vulturi - murmuré en voz apenas audible.

Busqué con la mirada. Allí estaba él. Era el chico de la guardia. Recordaba haberlo visto antes, pero hasta entonces nunca lo había visto sin la otra, la gemela.
Ya había estado antes en Volterra, sola, estudiando al enemigo.

- Alec .

Tal vez si hubiese sido cualquier otro de la guardia, no habría sabido el nombre, pero al parecer este era uno de los que más tiempo llevaba.

El efluvio de dos vampiros me saco de mis pensamientos no me eran tan familiares, sin duda alguna venian de afuera gire mi vista y ahi estaban era doy Rumanas sin duda alguna, la esposa de Vladimir y la otra solo habia tenido la oportunidad de verla una vez pero hace mucho y no habiamos tenido mucho contacto, solo habiamos cruzado dos o tres palabraz cuando mucho decidi acercarme a ellas...

-Buenas tardes

Le salude a las dos vampiras con educacion

-Es un honor verlas por aqui

Olga y yo empezamos a andar al mismo tiempo, como si estuvieramos conectadas mentalmente o algo así. Sería una estampa muy impactante para los humanos, tres ángeles pálidos en medio de la plaza.
Ya podía escuchar sus susurros emocionados al pasar cerca de nosotros.
Bah, estúpidas bolsitas de sangre andantes, a veces eran tan previsibles...

Fijé de nuevo mi atención en el Vulturi.
Reprimí una sonrisa ante lo cómico de la situación. Desde luego, Olga y Alec actuaban a la perfección.

-El placer es nuestro - dije con una sonrisa dibujada en mi cara, respondiéndole.

Escuché lo último que dijo Olga y reprimí una risita.

- Cierto. Es un recibimiento que no esperaba ... - dije con gesto inocente, tan convincente, que cualquiera diría que nunca había roto un plato - Pero está bien...- y añadí con un brillo no tan angelical en los ojos - por ahora.

Aunque percate sus tonos sarcasticos no dejaria mi caballerosidad y educacion aun lado asi que asenti ante sus palabras con una leve sonrisa.

-Si claro

Les respondia

-Y bueno supongo que viene con su esposo?

Pregunte a la señora Olga

Mi sempblante era serio sin expresar si estaba agusto o no solo tranquilo y sereno ante sus risas y sarcasmos de ambas, estaba en lo correcto habian venido solas, depues la señora presento a la vampireza que se encontraba a su lado. Se acerco a mi y me mantuve inmovil.

-Mucho gusto señorita Angela

Bese el torso de su mano, de inmediato me aleje y volvi a mi lugar la señora toco mi hombro y no dije nada solo las mires escuchando su comentario

-Si, no siempre estoy acompañado señora, en ocaciones la soledad es la mejor compañia

Segui tranquilo en mi lugar relajado y escuche las risas y burlas de ambas vampiras pero decidi ignorarlas solo demostraban su inmadurez asi que me mantive sereno.

-Pues no ha pasado nada señorita es solo que en ocaciones me gusta salir solo. No requiero de denadie a poco usted si?

Enarque una ceja

Me mantuve relajado y tranquilo parecia estatua, escuchaba los murmullos de los humanos los cuales ignore y segui atento a las vampiras, lo unico que hize fue cruzarme de brazos

-Oh!

Musite solo eso

-Pues se que a mi maestro le dara gusto verlas